Investigadores del CSIC descubren nuevas técnicas de poda y propagación de vid usadas en al-Andalus

El estudio de tratados agrícolas y botánicos de autores andalusíes redactados entre finales del siglo X y mediados del XIV ha demostrado la existencia en al-Andalus de técnicas de mejora de cultivo de la vid, en concreto métodos de poda y propagación, novedosas con respecto a otras regiones vitivinícolas peninsulares.
Un equipo multidisciplinar coordinado desde la Escuela de Estudios Árabes (CSIC), compuesto por filólogos, agrónomos y botánicos, en colaboración con las Universidades de Córdoba y Granada, han editado, traducido y analizado en profundidad ocho tratados agrícolas árabes junto a obras de carácter botánico, tanto manuscritas como impresas, que han permitido ampliar el conocimiento que se tiene de este cultivo ancestral y las técnicas aplicadas.
“La importancia de la viticultura dentro de la agricultura desarrollada durante el período andalusí es un hecho indiscutible”, «en las obras que analizamos, la vid es el cultivo al que se dedica una mayor atención y extensión, porque, como argumentaban en el siglo XI, es fácil de cuidar y su época de plantío es muy amplia”, explica la Dra. Expiración García, investigadora de la Escuela de Estudios Árabes (CSIC).

Huertas del Genaralife. Imagen "Grabada Hoy"

La vid y la elaboración del vino se introdujeron siglos antes en la cuenca mediterránea y, por tanto, en la península Ibérica desde el área siro-palestina, donde existía una antigua tradición. Investigaciones arqueológicas del CSIC sitúan la producción y consumo de vino en estas zonas en la Edad de Bronce, ya desde el III y II milenio anterior a nuestra era.
En concreto, el análisis desarrollado por la EEA ha revelado la existencia de diferentes técnicas de poda de formación y de fructificación, muy detalladas en los tratados agrícolas árabes de esta época con respecto a obras de autores grecolatinos.
Los investigadores han llegado a la conclusión de que en al-Andalus se realizaba una poda de fructificación dividiendo las vides en tres grupos de acuerdo con la extensión de la poda.
Asimismo, la investigación ha dejado al descubierto que los agrónomos andalusíes utilizaban un proceso continuo de mejora de la producción mediante el injerto de variedades más selectas sobre los pies más deficientes. Con el objetivo de aportar nutrientes, utilizaban como abono cenizas y cornamentas de rumiantes y, como proceso fitosanitario, hablan de una técnica llamada empolvado que consistía en la aplicación de materiales finos (tierras, estiércol y cenizas) sobre la planta.

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