Protegido del emir ʿAbd Allah, éste lo encargó de la policía (al-šurṭa) y de la apelación (al-radd), después de la policía superior (al-šurṭa al-ʿulyā). Más tarde lo nombró cadí y encargado de la oración del viernes (ṣalā) al mismo tiempo, aunque sólo dirigió la oración un viernes, pues al siguiente dimitió. Todos estos cargos culminaron con su nombramiento como visir. Sin embargo, su enemistad con Badr, mawlà del emir, lo alejó de la simpatía y la cercanía a éste. Pidió entonces permiso para hacer la peregrinación y le fue concedido. Al regresar a al-Andalus, intentó sin éxito acercarse de nuevo al poder. Muerto ʿAbd Allah, gobernó su nieto ʿAbd al-Raḥmān III, durante cuyo reinado llevó los asuntos del Estado su mawlà Badr. Éste encarceló a Mūsà y luego lo mató. Ibn al-Abbār toma este relato de Ibn Ḥayyān y dice que también lo menciona Ibn al-Faraḍī de forma resumida y atribuyéndolo a su abuelo Ziyād.
Ibn Ḥāriṯ lo tachaba de ignorante.